This paper discusses the problems of defining and measuring late-fetal mortality (stillbirths). It uses evidence from 11 developed countries to trace long-term trends in fetal mortality. Issues associated with varying definitions and registration practices are identified, as well as the range of possible rates, key turning points and recent convergence. The implications for developing countries are spelt out. They emphasize the possible limitations of WHO estimation methods and survey-based data by examining the cross-sectional associations among 187 countries in the year 2000. The important role of skilled birth attendants is emphasized in both data sets, but the different effects on maternal mortality and late-fetal mortality are also noted.

Se analizan en este artículo los problemas asociados a la definición y medición de la mortalidad fetal tardía (mortinatalidad). A partir de la evidencia obtenida en 11 países desarrollados se perfilan las tendencias a largo plazo de la mortalidad fetal. Se abordan algunas cuestiones relacionadas con las diversas definiciones y prácticas de registro, así como el margen de posibles valores de las tasas, algunos puntos de inflexión clave y la reciente convergencia de los datos. Se explican las implicaciones para los países en desarrollo, y se destacan las posibles limitaciones de los métodos de estimación de la OMS y los datos encuestales examinando las relaciones transversales entre 187 países en el año 2000. Se hace hincapié en el importante papel de las parteras cualificadas en los dos conjuntos de datos, pero se señalan también los diferentes efectos en la mortalidad materna y en la mortalidad fetal tardía.

Le présent article examine les problèmes liés à la définition et à la mesure de la mortalité fœtale tardive (mortinatalité). Il utilise des données provenant de 11 pays développés pour suivre les tendances à long terme de la mortalité fœtale. Il identifie les problèmes liés à des définitions et à des pratiques d'enregistrement variables, la plage de variation du taux de mortalité, ainsi que ses principaux points d'inflexion et sa convergence récente. Il expose également les implications pour les pays en développement. Il met l'accent sur les limites potentielles des méthodes d'estimation de l'OMS et des données d'enquête en examinant les associations transversales entre 187 pays au cours de l'année 2000. Les deux jeux de données font ressortir le rôle important de la présence de personnel qualifié pour assister les accouchements, mais également les effets différents de cette présence sur la mortalité maternelle et fœtale tardive.

Skeletal populations from the western coast of North America clearly were afflicted with a treponemal disease very different from that previously documented elsewhere in North America. Six populations from west of the Sierra Cascades were compared with 5 sites east of the Cascades. A high population frequency (both in adults and subadults) of pauci-ostotic, periostitis was noted in the six western skeletal populations, identical to that reported previously with bejel in Negev Bedouins, Sudanese Nubians, and the Kit site from Iraq. Early populations, from east of the Cascades, had a very different polyostotic disease pattern, characteristic of yaws, and identical to that previously reported in Guam. Both patterns were clearly distinguished from syphilis, which appears to be a later development (mutation?). This study provides evidence that the treponematoses were transported to the New World by way of at least two migrations, one bringing yaws; the other, bejel. The population with bejel likely derived from a different population than that with yaws. Given the absence of treponemal disease variation in the very wide spectrum of environments represented by the bejel-afflicted populations, it is clear that environment is not the factor determining disease character. This study expands on animal studies documenting that the individual treponematoses are separate diseases and not simply climate-induced variation

Las poblaciones esqueletales de la costa occidental de Norteamérica fueron claramente afectadas por una treponematosis muy diferente a la previamente documentada en otras partes de Norteamérica. Seis poblaciones del Oeste de la Sierra Cascadas fueron comparadas con cinco poblaciones del Este de las Cascadas. Se registró una alta frecuencia (en adultos y subadultos) de periostitis pauci-ostotic en las seis poblaciones occidentales, idéntico a la periostitis anteriormente registrada con bejel en los beduinos de Negev, los nubianos de Sudan, y el sitio Kit de Iraq. Las poblaciones tempranas del Este de las Cascadas tenían un patrón muy distinto de la enfermedad poliostotic, característico de la pián e idéntico al previamente registrado en Guam. Ambos patrones fueron diferenciados de la sífilis, la cual aparece más tarde (mutación?). Este estudio provee evidencia de que las treponematosis llegaron al Nuevo Mundo a través de dos migraciones, una trayendo pian y la otra, bejel. La población con bejel probablemente derivó de una población diferente de la que tenía pián. Dada la ausencia de variación de treponematosis en un amplio espectro de ambientes representados por poblaciones afectadas con bejel, es claro que el ambiente no es el factor que determina el carácter de la enfermedad. Este estudio va más allá que los estudios de animales, documentando que las treponematosis individuales son enfermedades separadas y no simplemente variaciones inducidas por el medio ambiente